· Cuando
compres un frigorífico o un congelador
busca aquellos que tengan etiqueta energética de clase A+ A++ o A+++ . Ahorrarás energía y dinero.
·
Asegúrate que en su fabricación se han utilizado materiales
reciclados.
·
Cuando
decidas comprar uno nuevo infórmate si te retiran tu aparato viejo y lo llevan
a un punto de reciclado autorizado.
· Para no desperdiciar energía y conseguir un rendimiento óptimo de
tu aparato colócalo
en un lugar fresco y bien ventilado lejos de cualquier fuente de calor.
·
Procura
que no se acumule hielo ni escarcha , ya que si esto ocurre el
motor tiene que trabajar más para mantener constante la temperatura, aumentando
el consumo de energía: una capa de 3
mm en el congelador incrementa el consumo un 30% .
· Limpia el condensador, situado en la parte
trasera del frigorífico al menos una vez al año para eliminar el polvo acumulado, ya que
actúa como aislante y dificulta la refrigeración.
· Comprueba
que las gomas de las puertas estén en perfecto estado y
cierran herméticamente (para
comprobarlo sólo tienes que poner un papel sobre la junta y cerrar la puerta. Si
al tirar del papel notas cierta resistencia, las gomas están en buen estado).
Límpialas periódicamente y aplica un poco de talco para mantener su elasticidad.
·
Regula correctamente el termostato . La temperatura adecuada para el
refrigerador es de 6 ºC y de -18 ºC para el congelador. Temperaturas
más frías ,
además de ser inútiles para conservar bien los alimentos, incrementan
notablemente el consumo de energía: un 5% por cada grado de menos .
· Abre la puerta del frigorífico y congelador lo menos posible y
ciérrala rápidamente . Si la abres mucho, se pierde frío
inútilmente y obligas al compresor a ponerse de nuevo en marcha
·
Coloca correctamente los alimentos en el interior del refrigerador para favorecer la libre circulación del
aire frío.
·
No metas alimentos calientes en el interior del frigorífico o
congelador.