La principal preocupación
sobre este electrodoméstico por parte del usuario es el consumo. No obstante, se ha
avanzado en la reducción de agua destinada al lavado, sin que esto repercuta en
la calidad de acabado.
Los nuevos modelos de
lavavajillas Balay consumen una media de 9 litros por lavado, cuando hace años
gastaban hasta 100. Del mismo modo, se ha comprobado que usar el lavavajillas
actualmente gasta 1 Kw, mientras que lavar a mano (con agua caliente) unos 4
Kw. La diferencia pues no solo es de comodidad, sino también económica.
Por otro lado, la
capacidad, los programas y las funciones son las otras prestaciones que imperan
a la hora de decidir qué máquina llevarse a casa. Además, cabe destacar que
recientemente se han reducido 6 dB en el nivel de ruido: de los 50 pasados a
los actuales 44 hay una gran diferencia (supone reducir un 400% este rango).
La bandeja superior
para cubiertos (que implantó Miele hace unos años) ya se encuentra en muchas
marcas, y Balay apuesta por ello para favorecer al cliente. De esta manera, al
disponer los cubiertos en la parte de arriba del lavavajillas, queda totalmente
libre la parte inferior para colocar trastes, ollas, sartenes, etc. La cuba de
Balay ha ganado 2 cm. a la cubierta, por lo que la capacidad es mayor que en
los modelos antiguos; de ahí que se hable de 12-14 servicios, lo que significa
que, de forma estimada, alguien puede desayunar, comer o cenar durante 12 o 14
veces hasta llenar el lavavajillas. Si no lo hiciera, la mayoría de aparatos
presentan un programa de media carga para ajustar el lavado al número de
utensilios (como en las lavadoras).
Según las estadísticas,
el 75% de los clientes utiliza pastillas; por lo que la prestación de la
segunda bandeja es muy demandada: así, la pastilla, dentro del cajetín cae de forma
adecuada para que se disuelva de forma íntegra. De manera errónea, algunos
usuarios acostumbran a introducir la pastilla directamente en la cuba,
desperdiciándose el 80% del jabón con este mal procedimiento, puesto que el
prelavado la reduce casi en su totalidad con un programa de agua fría (que no
necesita todavía jabón).
Hay que ser consciente
de que un lavavajillas debe quitar bien toda la suciedad, aunque esta esté
grasosamente seca y adherida a la superficie de los usos culinarios. Las
pruebas que se realizan antes de que los aparatos salgan al mercado se llevan a
cabo de esta manera y los resultados confirman que se logra.
Para acabar con las
características generales del lavavajillas, se recomienda, para el primer uso
del lavavajillas, llenar el depósito de sal de agua antes de que esta primera
entre en contacto con el estrenado aparato. Los expertos, aconsejan, aunque es
algo engorroso, poner sal, abrillantador y, obviamente, pastillas en la previa
de cada lavado.
En cuanto a los
programas, se recomienda usar el Automático por las siguientes prestaciones:
incrementa el rango de temperatura de 55ºC-65ºC a 45ºC-65ºC, posee un sensor
activo que le da un tratamiento más delicado a la vajilla y, en definitiva, se
adapta mejor la temperatura, el tiempo de lavado y el consumo eléctrico y de
agua. Entre los modelos Balay con o sin programa Automático la diferencia es
ingente, pues esta opción hace que la máquina tome hasta 54 decisiones antes de
lavar, dependiendo del tipo, calidad, número de vajillas, etc. Si nuestro
lavavajillas no cuenta con este programa Automático, lo mejor es usar el Económico
(que lava a 50ºC). Por el contrario, el intensivo es demasiado, ya que alcanza
los 70ºC, temperatura alta para ciertas vajillas: por ejemplo, si lavas copas
delicadas de vino a más de 45ºC corres el riesgo de que se dañen.
Muestra de lavavajillas Balay con modelo de 45 cm. |
Las funciones
especiales suelen ser Variospeed (controlador de velocidad), zona intensiva
(para manchas difíciles), media carga (si no está completo) e higiene plus
(para optimizar la limpieza). Una pregunta muy habitual entre los usuarios de
este electrodoméstico es por qué no seca los tupperwares. La respuesta suele ser el difícil trato que tienen los
plásticos en estas máquinas de lavado. Se está avanzando para subsanar tales
problemas, como es la tecnología de secado por zeolitas: de esta manera los
cubiertos sí quedan completamente secos. Es cierto que hace años los
lavavajillas secaban hasta el plástico, pero usaban una tecnología distinta,
que consumía y dañaba más. Lo más crítico es esta última fase del lavado.
En conclusión, el
lavavajillas está evolucionando gracias a los estudios que numerosas marcas,
como Balay, están llevando a cabo. A la hora de retirar los platos, vasos,
cubiertos… una vez ha terminado el programa del lavavajillas, es conveniente
empezar de abajo a arriba, puesto que las bandejas pueden contener agua que
mojen los utensilios secos de la parte inferior.
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