martes, 3 de diciembre de 2013

El móvil dócil

Se acaba 2013, un año en el que los avances tecnológicos en telefonía móvil (aplicaciones, prestaciones, novedades…) han cambiado la vida de muchas personas. Cada año se innova, investiga, estudia… en definitiva: se mejoran electrodomésticos, electrónica, utensilios de cocina… y, obviamente, en muchas otras áreas; sin embargo, lo que viene ocurriendo desde hace una década hasta ahora, según dicen los expertos (entre ellos los que pasan por el programa de televisión Torres y Reyes), rompe todas las expectativas: nunca se había avanzado tanto en tan poco tiempo.

            El teléfono móvil, por ejemplo, se ha convertido en un dispositivo imprescindible. Las posibilidades que ofrece un terminal de alta gama no tienen límite: los clásicos usos (llamar y enviar mensajes) han evolucionado, mediante nexos de unión (videollamada y correo electrónico), a las más novedosas funciones (fotografiar, jugar, navegar en internet…). ¿Qué será lo próximo?

Menú de un móvil. Podemos acceder a las
aplicaciones desde Play Store o pinchando
sobre los enlaces de cada una de ellas.
            Suena el despertador, pero esta vez es la alarma del móvil la que, con una pegadiza (hasta que la aborreces por relacionarla con ese perezoso momento del inicio de día y decides cambiarla) melodía, te saca de la cama. Una vez en el aseo te enteras de que cumple años tu compañero de carrera, lo felicitas, y ya en Facebook aprovechas para curiosear las novedades que se muestran en tu muro (compartes lo que te parece interesante y, a veces, esto te enlaza con la prensa internacional). Tras unos minutos, activas el reproductor de música a la vez que respondes a los mensajes de Whatsapp que durante la noche se han ido sucediendo en los grupos de amigos. Comienzas a ducharte y optas por escuchar mediante la aplicación de TuenIn Radio aquel programa que emiten de madrugada. Desayunas viendo qué dice la gente en Twitter y dándole a "Me Gusta" en las fotos de Instagram. Ya en el metro, preparas los archivos que Dropbox te almacena. Tienes clase en una hora, por lo que envías un par de correos y te aseguras de que no han cambiado de aula. Estamos a principios de mes, así que compruebas que te han ingresado la nómina en tu cuenta bancaria. Hace tiempo que no te mueves por esos barrios, así que utilizas Google Maps para orientarte. En este momento las alertas de deportes Sporty Trader te dan el resultado de tu tenista favorito. A la hora de comer dudas si intentar lograr ese nivel que se te resiste de Candy Crash Saga o retar a tu amigo en el juego de Apalabrados o Atriviate. Justo entonces escuchas a alguien de la mesa de al lado que pronuncia un término inglés que no conoces, lo buscas en el Traductor de Google. Por la tarde, vas al supermercado antes de que, según News &Weather, empiece a llover. Descubres más sobre algunos productos gracias al lector de códigos Bidi y la calculadora te ahorra sorpresas en caja. Anochece, te preparas para la cena de empresa, pero no sabes hacerte el nudo de la corbata: recurres a YouTube o How to Tie a Tie. De camino escuchas una canción de tu niñez que te gustaba y no recuerdas el título. Gracias a Shazam la compartes con tus amigos de las redes sociales. Anotas algo que te parece interesante en Evernote y llegas al restaurante, pero… se ha ido la luz. Por suerte Flashlight te ayuda a esquivar las sillas que te separan de tus amigos. Ya en el postre hacéis unas fotos que luego verás etiquetadas. Acaba el día, no sin antes encenderse el móvil una última vez: has recibido una oferta de trabajo gracias a Linkedin.

            Es algo exagerado, pero todo esto te ofrece un teléfono móvil. Muchos critican las interrupciones que provocan, el estrés que causa, la escasa duración de la batería, el sentimiento de acoso que a veces pueden provocar algunas aplicaciones… ¿Es el móvil dócil? ¿O somos nosotros los que obedecemos sus órdenes? Depende: si lo usas de un modo adecuado (algunas aplicaciones te ayudan a ello) le sacarás partido; y, por qué no: también este te lo sacará a ti.



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